El FMI propuso un aumento de los impuestos para los mineros criptográficos hasta en un 85%: cambios también para el sector de la IA
El jueves, el Fondo Monetario Internacional (FMI) propuso aumentar los impuestos a la electricidad para los mineros de criptomonedas hasta en un 85% para ayudar a frenar las emisiones globales de carbono.
Esto se produce a pesar de los desafíos que enfrentan las operaciones mineras más pequeñas, especialmente desde el evento de reducción a la mitad de Bitcoin en abril, que reforzó la necesidad de que las empresas mineras adopten prácticas más eficientes.
El FMI destacó que un impuesto de este tipo podría generar 5.2 millones de dólares adicionales en ingresos anuales para los gobiernos de todo el mundo, al tiempo que reduciría las emisiones globales de carbono en 100 millones de toneladas, comparables a las emisiones actuales de Bélgica. Sin embargo, la eficacia de esta medida sigue siendo incierta, ya que los mineros a menudo se trasladan a países con costos de electricidad más bajos, lo que podría socavar los beneficios ambientales previstos.
Paralelamente, el FMI también propuso un impuesto a la electricidad específico para los centros de datos de IA. El impuesto propuesto se fijaría en 0.032 dólares por kilovatio hora (kWh), o 0.052 dólares por kWh si se incluyen los costos de la contaminación del aire, lo que podría recaudar 18 mil millones de dólares en ingresos anualmente. La organización señaló que los centros de datos de IA suelen operar en regiones con fuentes de energía más ecológicas, por lo que la tasa impositiva para ellos es ligeramente más baja que la de las empresas de criptominería.
Según el FMI, el impacto ambiental tanto de la criptominería como de los centros de datos es significativo y actualmente representa el 2% del consumo mundial de electricidad y casi el 1% de las emisiones globales de carbono. Un impuesto directo de 0.047 dólares por kWh sobre la electricidad utilizada por los criptomineros podría alinear a la industria con los objetivos climáticos globales al reducir significativamente las emisiones. Este impuesto podría aumentar a 0.089 dólares por kWh si se tienen en cuenta los impactos más amplios de la contaminación del aire en la salud, lo que representaría un aumento del 85% en los costos de electricidad para los mineros.
El FMI argumentó que para que tales medidas sean efectivas, se necesitaría un esfuerzo global coordinado para evitar que los mineros simplemente se trasladen a jurisdicciones más favorables, lo que podría socavar el impacto general del aumento de impuestos propuesto.